X

Solos en el banquillo de los acusados, Freixes y Zavala no declararon

Trece años después, se sentaron ante un Tribunal acusados de haber ejecutado una operación que tenía por objetivo dejar a los jueces a tiro de los designios del Poder Ejecutivo.

Freixes y Zavala identificándose ante el Tribunal Oral Federal.
Actualizada: 23/10/2018 13:58
PUBLICIDAD

Finalmente, Sergio Freixes y Mario Zavala tuvieron que sentarse ayer en el banquillo de los acusados. En el arranque del juicio por uno de los casos más grave que registra la historia institucional de San Luis, debieron presentarse ante el juez para identificarse y transitar el proceso que los declarará culpables o inocentes del delito de “coacción agravada”.

Así fue que Zavala tuvo la oportunidad de decir que está atravesando problemas de salud.

Freixes y Zavala detrás de sus defensores.

Los dos usaron saco azul y camisa a rayas (del mismo color) para afrontar la primera audiencia que arrancó pasadas las 9:30 y que se realizó en doble jornada, hasta cerca de las 22. No se sentaron juntos y tampoco mantuvieron durante la mañana diálogo, que se habría deteriorado en la época en que uno era ministro de la Legalidad y el otro viceministro, es decir los interlocutores oficiales de la relación del Poder Ejecutivo con la Justicia. Durante la tarde apenas cruzaron algunos comentarios y en un momento Freixes descargó el fastidio por la presencia de la nutrida delegación de funcionarios de la Municipalidad de San Luis.

En la más absoluta soledad vivieron la apertura de un proceso en el que deben rendir cuentas por una operación fallida que solo se pudieron llevar adelante porque contaban con la bendición.

En la primera parte de la audiencia se leyó la requisitoria fiscal donde los funcionarios de Alberto Rodriguez Saá son considerados los principales autores de instigar a los jueces a firmar sus renuncias anticipadas. Así se conocieron los detalles más profundos de una irregularidad que terminó con una denuncia escandalosa de la por entonces fiscal Gretel Diamante.

La foto más comentada del día. El ministro y senador en uso de licencia, Sergio Freixes en el inicio del juicio.

Llegaron al debate oral a cargo de los jueces Alejandro Piña, Paula Marisi y Roberto Naciff acusados de ser coautores de coacción agravada y amenazas en perjuicio de Marina Ziliotto

Los defensores hicieron sus pedidos al tribunal. Hugo Scarso pidió el permiso para que Freixes estuviera ausente en las audiencias “debido a las responsabilidades” que en la actualidad tiene como ministro de Medio Ambiente, Campo y Producción del Gobierno provincial. Y Claudia Ibañez solicitó, por ejemplo, que le realicen a Zavala el “examen mental obligatorio”.

Ambas defensas también solicitaron nulidades, como por ejemplo las cámaras ocultas, las pericias caligráficas, la exclusión de la “cadena de custodia” de las pruebas, entendiendo que no se brinda “garantías de autenticidad”, y todo lo actuado por los jueces subrogantes.

También se solicitó la prescripción de la causa, y la incompetencia del fuero federal.

Mario Zavala.

Todas esas cuestiones fueron denegadas por el Tribunal. Antes la Corte Suprema ya las había rechazado.

Se supo que al final se conocerán si se aceptan o no los pedidos de nulidad de las declaraciones indagatorias,  de los registros telefónicos y del auto de procesamiento.

Por otra parte, en su intervención el abogado del actual ministro dijo que Diamante y Ziliotto “eran amigas y juntas indujeron a las personas a filmarse”, y que también “pergeñaron, idearon el método, la forma y el momento para llevar a cabo este debate”. Consideró además que con ello se quiso “lograr la intervención” del Poder Judicial.

Por la tarde se leyeron las declaraciones indagatorias de los acusados, y cuando los jueces les cedieron la palabra, ninguno de los dos lo hizo. Zavala expuso que tenía intenciones, pero que su salud no se lo permitía.

Diamante, actualmente integrante del Tribunal Oral Federal, declaró por el espacio de casi una hora y media. Lo hizo en su condición denunciante y contó los detalles de su intervención del caso que fue expuesto ante la Procuración General de la Nación y el ámbito del Parlamento nacional.

En el sector destinado al público, a lo largo del día hubo funcionarios de la gestión de Enrique Ponce, esposo de Diamante, encabezados por Charo Domeniconi. Además asistieron Leandro Despouy y algunos concejales.

Una desobediencia que no estaba en los cálculos

El relato de la defensora oficial Marina Zioliotto es el que condujo la investigación sobre un delito que en ese período se sabía en voz baja y a escondidas. La denuncia se hizo el 11 de abril de 2005.

La lectura hizo el repaso de cómo era la metodología que usaban los funcionarios para lograr que los jueces firman sus renuncias en blanco. Todo eso se vivió en un contexto donde el remedio de la intervención federal de la Justicia sobrevolaba la provincia.

Los detalles de Ziliotto marcaron cómo fue el día que Mario Zavala la llamó para darle la noticia de que había obtenido el cargo: “Te felicito, vas a ser jueza”. Ese momento fue la evidencia definitiva e irrefutable de que los jueces debían firmar, que ese era un protocolo obligatorio para que saliera el expediente de designación.

“Que a él lo habían puesto para manejar el tema de la Justicia, que era un tipo inteligente”, aseguró Ziliotto que le dijo Zavala, cuando le reconoció que debía firmar su renuncia de manera anticipada porque “así se llegaba a ser juez”. El ex ministro también le recordó que él le “había ido bien en política”, y que “fue quien encontró Gramaglia”. Esto último, que se trató de un homicidio, dijo que le causó un “miedo terrible”, que pensó en sus hijos y que después firmó.

El ministerio público.

En su denuncia la funcionaria remarco otras anécdotas de los diálogos con Zavala. “Yo voy a estar 20 años más en el gobierno, si tu renuncia se pierde le echo la culpa a Freixes”.

“Le decía, mirá que esto se va a saber y van a investigar en Buenos Aires, y me respondía, allá voy todos los meses a lo de Aníbal Fernández, ministro del Interior que es mi amigo, y nos matamos de la risa de todos los perejiles de San Luis que van a pedir cargos”.

“Me llamaba para decirme que no fuera a abrir la boca, que me iban a matar, y que me quedara tranquila”.

Remarcó en su declaración que el 15 de marzo la llamó la secretaria de Freixes “para hablar temas de la Justicia”. Ese fue otro momento clave en la investigación. Allí fue cuando los dos funcionarios la presionaron para que difamara al camarista, ya fallecido, Carlos Salomón.

“Concurrí para contarle el tema de las renuncias en blanco porque pensé que me iba a ayudar”.

Al despacho también concurrió Zavala, y cuando entró “cerró la puerta con llave para estar más tranquilos”. A partir de eso comenzó un diálogo donde los dos funcionarios ventilaron los planes que el Gobierno tenía para la Justicia de San Luis “para evitar la intervención”.

“Qué mal que andan; ¿no se dan cuenta que la gente no los quiere?”, arrancó el ministro la conversación, aludiendo al fallo de la Corte Suprema sobre la doble intendencia. “Le dije que era lo esperado, que yo no tenía nada que ver, recién entro a mi función y siempre hice las cosas bien”, fue la respuesta que se refleja en la investigación.

Allí Freixes confió que tenían “pensadas algunas cosas para mejorar la justicia”; y que primero era necesario hacer una “operación de limpieza”, que según Ziliotto tradujo en que “debía salir por los medios desprestigiando al doctor Salomón”, su compañero de Tribunal, “porque estaba muy molesto y todos los días salía criticando al Superior Tribunal y al Gobierno.

“Había que desprestigiarlo y sacarlo con Jury, y que me debía encargar de él y del doctor flores”, era el mandato.

En la charla, asegura el expediente, “también mencionaron a la doctora Mirta Esley como gorda corrupta y al doctor Sabaini Zapata como un incompetente”; que “estaban muy enojados con el área penal”.

Después de eso, Ziolitto se negó: “Se pusieron como locos y me dijeron que lo pensara bien”. “La calle está muy dura para los desocupados”, le dijo Zavala. “Sos una egoísta, que pensá solo en tu cargo, nos van a intervenir, vos te vas a quedar sin trabajo y nos vamos todos presos”, le retrucó Freixes.

Lo que siguió fue el anuncio de la renuncia de la camarista reciente incorporada, y después su aceptación. “Que era para frenar la intervención”, fue una de las explicaciones que recibió.

Leandro Despouy y Charo Domeniconi.

En la causa se marcan detalles de los momentos en los que fueron ocurriendo las renuncias, y que la aceptación tenía que ver con “una reorganización del Poder Judicial en el momento de crisis” que se estaba viviendo.

En la investigación se concluyó que en todos los casos se empleó el mismo método. Había una renuncia en blanco, sin fecha y sin sello. Y también agrega el nombre de los otros jueces que fueron presionados para hacer lo mismo.

La acusación también incluyó otras declaraciones de Zioliotto, por ejemplo cuando la esposa de Freixes fue hasta su casa para ofrecerle el puesto que quisiera: “No fueron a ofrecerme trabajo, sino a comprar mi silencio”.

Para la segunda jornada que empezará a las 9:30 quedó la audiencia de Ziliotto. El juicio se extendería hasta los primeros días de la próxima semana.

PUBLICIDAD

EN PORTADA EL CHORRILLERO

SUBIR